Baby Sign

Ni  más  ni  menos  que  una  herramienta  de  comunicación  temprana. El deseo de comunicarnos es algo natural e innato en el ser humano, ¡nacemos expresándonos a través del llanto! Y, a pesar de que aquí en España, más concretamente  en  Galicia,  se considera algo desconocido e incluso “extraño”, se lleva usando en Estados Unidos desde los años 80!

 

 

¿De dónde salió eso del baby sign?

 

El  Dr.  Joseph  García,  especialista  en  Desarrollo  Infantil,  observó  que  los/las peques de familias sordas se comunicaban con mayor facilidad y rapidez que menores de familias oyentes. A los 9 meses, el primer grupo comprendía y expresaba 75 conceptos mientras que el segundo balbuceaba alguna palabra suelta.

Por  otra  banda,  las  doctoras  Linda  Acredolo  e  Susan  Goodwyn  investigaron durante los años 80 y 90 este campo. Los resultados obtenidos fueron los siguientes:

–             Con 2 años tenían una ventaja de 3-4 meses en el habla.

 

–             Creaban frases significativamente más largas.

 

–             Con 3 años, hablaban como peques de 3 años y 11 meses.

 

–             Con 8 años, alcanzaban un promedio de 12 puntos más en la prueba de inteligencia WISC-III.

 

¿Sustituye al lenguaje oral?

 

¡Por supuesto que no! Se trata de una etapa anterior a ésta, como el gateo es un hito de los primeros pasos que damos. Exactamente, el objetivo principal de este sistema es la adquisición de la comunicación oral que es la base de esta  técnica.  Por  lo  que,  nunca  dejaremos  de  verbalizar  la  palabra,  la  única diferencia es que esta irá acompañada de un signo. Se combinarán las modalidades: oral-auditiva y visual-gestual.

 

 

¿Qué se necesita para llevarlo a cabo?

 

Primeiamente  que  nuestro/a  peque  tenga  6  meses,  sí,  solamente  6 meses ya que  con  esa  edad  se  empieza  a  descubrir  el  mundo  que  nos  rodea,  gustos, prefeiencias o emociones.

Seguido de muuuucha paciencia, ganas de aprender, constancia en el proceso   y   ser   consciente   de   que   cada   peque  tiene  su  ritmo.  Igual  que cualquier  otro  aprendizaje,  la  forma  en  la  que  se consolida es a través de la repetición.

 

 

Y…¿Sólo con ver el signo ya lo repite?

 

Tranquilidad, todo aprendizaje necesita su tiempo. Si a las personas adultas se nos hace cuesta arriba aprender según qué cosas… Imaginaos a los/as bebés. Hay varias etapas que non tienen porqué desarrollarse en este orden ni tener lugar todas ellas (hay palabras que se adquieren antes que los signos, como “agua”).

–             6-8  meses:  se  empieza  a  signar,  lo  que  le  llama  la  atención.  Mira  las manos de la persona que signa.

–             10 meses: reconoce el signo, lo demuestra poniéndose muy contenta/o o relajándose.

–             12  meses:  hace  su  primer  signo  (por  imitación,  porque  se  le  pide  y, seguidamente, de forma espontánea).

–             Usa la palabra con el signo.

 

–             Sólo usa palabras.

 

Entonces… ¿Qué beneficios tiene?

 

–             Los/as más peques pueden comunicar sus necesidades (básicas y afectivas), gustos y emociones antes de estar preparados/as para hablar.

–             Acelera la adquisición del lenguaje oral.

 

–             Aumenta el vocabulario.

 

–             Reduce      la      frustración      de      sentirse      incomprendidas/os,      y, consecuentemente los llantos.

–             Favorece el vínculo afectivo.

 

–             Estimula la coordinación óculo manual y la motricidad fina.

 

–             Aumenta la seguridad en sí mismas/os y la autoestima.

 

–             Favorece la consciencia del esquema corporal.

 

–             Facilita el aprendizaje de otros idiomas.